Bases filosóficas del Ho´oponopono
1. Nosotros creamos nuestra realidad.
Todo cuando existe en nuestro alrededor, todo cuanto ocurre en el mundo que nos rodea, todo, absolutamente todo, es un reflejo de nuestro interior, es producto de nuestra necesidad de crear un Escenario donde realizar y llevar a cabo ciertos aprendizajes del alma. Esta creación externa es inconsciente, al menos así lo consideramos durante la vida, donde desempeñamos un papel de actores en un teatro que hemos planificado previamente a nuestra encarnación en este mundo y una vez encarnados, para un mejor desempeño del papel, olvidamos que somos actores. Como dijo Gandhi: El olvido de las vidas pasadas es un don que nos concede la Naturaleza para comenzar de nuevo y hacerlo mejor desde la libertad emocional y mental (véase Terapia de Vidas Pasadas)
Somos cocreadores del mundo (como apunta la física cuántica moderna y como explican hace milenios diferentes tradiciones religiosas y espirituales).
Tenemos que aceptar nuestra responsabilidad al 100% de que la realidad, buena o mala, que aceptamos o rechazamos, ha sido creada enteramente por nosotros mismos.
2. Las personas de nuestra vida son actores voluntarios.
Los seres conscientes, las personas que llegan a nuestra vida, aceptan desempeñar unos roles concretos y necesarios para nuestro aprendizaje personal; aceptan nuestra invitación a participar de nuestra experiencia y se comportan como nosotros necesitamos que se comporten; las personas de nuestro alrededor aceptan configurar la realidad que necesitamos según nuestros conceptos e información subconscientes sobre cómo es y cómo ha de ser el mundo y la realidad.
Las personas de nuestra vida disponían de libre albedrio antes de decidir participar en nuestra realidad, luego de tomar la decisión, se comportan como actores que desempeñan un papel sin saber porqué lo decidieron desempeñar (véase Terapia de Vidas Pasadas).
3. Cambiando nuestra concepción de la realidad cambiamos la propia realidad.
Estructuramos nuestra realidad en función de una multitud de pensamientos y creencias, conscientes e inconscientes, almacenadas en nuestro subconsciente personal, así como en el subconsciente colectivo del cual también tomamos toda o casi toda la información (Gustav Carl Jung). Todo este cúmulo subconsciente es denominado como "basura" por el Dr. Hew Len, pues es un material innecesario que entorpece nuestra expresión más divina, limpia y perfecta.
Cabe recordar que nuestra mente consciente, igual que un iceberg, tan sólo supone aproximadamente un 10 por ciento de nuestro potencial y capacidad cerebral, mientras que el restante 90 por ciento está constituído por nuestra mente inconsciente y subconsciente. Así pues, somos más subconsciente que consciente, y por tanto, en realidad, casi todo cuando hacemos está condicionado por el subconsciente; nuestra mente racional opera con material-información del subconsciente, no hay material nuevo, todo procede del subconsciente. Y si estamos tan condicionados por el subconsciente, ¿Cómo modificar nuestras conductas y en consecuencia nuestra realidad?
Nuestra mente consciente y racional no puede hacer todo el proceso de cambio o modificación de nuestra conducta y mucho menos de nuestra realidad, ahora bien, puede poner en marcha un proceso, un engranaje, que una vez desencadenado sí que es sanador: el proceso Ho´oponopono.
4. Nuestro subconsciente, o Niño Interior, crea nuestro mundo.
Nuestro subconsciente, o Niño interior, un gran poder creador que reside en nuestro Chakra Sexual o número dos, situado unos dos centímetros debajo de nuestro ombligo, crea nuestra realidad, configura nuestra realidad, como un alfarero, en base a los materiales disponibles en nuestro subconsciente: la información o memoria almacenada en nosotros, procedente de la vida presente, de vidas pasadas y del subconsciente colectivo.
Toda información o memoria errónea provoca que nuestra realidad no sea del todo armoniosa ni perfecta. Corrigiendo esta memoria errónea, corrigiendo la visión errónea de la realidad y pidiendo ayuda constructiva al Niño Interior apoyándose en la Divinidad, cambiamos nuestra realidad interior y se expresa en una realidad exterior sanada, armoniosa y perfecta.
5. Hay una Divinidad amorosa esperando por nosotros.
Existe una Divinidad, Dios, Fuente Primordial, Gran Mente, Atman,... o como desee denominarse, que nutre todo el Universo y a todas las criaturas y seres de la Creación, otorgándoles el libre albedrio de crecer y desarrollarse a su propio ritmo y velocidad. Esta Divinidad no interfiere en el proceso evolutivo a menos que se le de permiso y se solicite su ayuda e intervención, sólo entonces, por los medios que esta Divinidad o Inteligencia Superior considere oportunos, y en función de la propia evolución del ser que solicita la ayuda, Ésta manifestará su apoyo en el modo, tiempo y forma adecuados...
Con Ho´oponopono pedimos ayuda a la Divinidad para que limpie la basura o contenido innecesario que almacenamos en nuestro subconsciente para que la realidad que vivimos sea sanada y deje de estar interferida por ese cúmulo de "información basura" fruto de pensamientos y creencias, propias y colectivas, acumuladas y heredadas por siglos y milenios de existencia de la Humanidad.
Cómo limpiar nuestros pensamientos
¿Qué es Ho´oponopono?
Ho´oponopono es una técnica de sanación milenaria desarrollada por los sacerdotes tribales de la tradición Huna en Hawaï. En sus orígenes, esta técnica de sanación se aplicaba únicamente a la resolución de conflictos entre familias y tribus, y modernamente, gracias al Dr. Len (Ihaleakala Hew Len), se ha extendido su práctica y conocimientos por todo el mundo.
El primer ejemplo de esta sanación a gran escala lo aportó el propio Dr. Len al ser capaz de curar un pabellón entero de pacientes criminales y desequilibrados mentales tan sólo a través de leer minuciosamente sus expedientes, sin ser necesario verlos en persona, y hacer la oración del Ho´oponopono por cada uno de ellos, donde el Dr. Len se sentía y hacía responsable de la situación en que se encontraba ese colectivo y pedía a la Divinidad o Fuente Superior que sanase en él mismo los conceptos e informaciones subconscientes que hacían necesario que esas personas estuviesen internados en esa cárcel psiquiátrica para un día ser visitados por el Dr. Len, para que él los sanase al sanar su propio interior.
El término Ho´oponopono en hawaïano significa "corregir un error" o "hacer lo contrario". Según esta técnica, la realidad que nos rodea es fruto de nuestras creencias subconscientes sobre esta realidad, de tal manera que accediendo a la Fuente, Divinidad, Energía Suprema, Inteligencia del Universo, o como quiera denominarse según cada cultura y filosofía, y pidiéndole que nos perdone por los pensamientos erróneos almacenados en nuestro subconsciente sobre esta realidad que hemos creado a nuestro alrededor, pues esta realidad sana y se modifica.
Esta filosofía de que todo cuanto existe en nuestro exterior es fruto de nuestro interior es propia de la mayoría de religiones y corrientes filosóficas y espirituales del mundo, donde cada uno de nosotros es responsable y creador de la realidad que le rodea. Sanamos nuestro entorno, nuestra realidad ensoñada, al pedir perdón a nuestro interior.
El objetivo es traer paz y equilibrio a nuestra vida de una manera simple y efectiva, mediante la limpieza mental y física a través de un proceso de arrepentimiento, perdón y transmutación de nuestros pensamientos internos y su manifestación en nuestra realidad externa.
Todo el mundo puede practicar el Ho´oponopono, independientemente de la edad, cultura, creencias religioso-filosóficas, estado de salud, etc.
El proceso sanador del Ho´oponopono
Este proceso consta de varios pasos en el orden siguiente:
1. Ante cualquier circunstancia que deseemos mejorar o persona a sanar, le pedimos a nuestro Niño Interior (situado en nuestro chakra número 2, el chakra sexual, situado dos centímetros debajo de nuestro ombligo) que contacte con la Fuente o Divinidad, e interceda para nuestra sanación; decimos mentalmente: "Por favor, Niño, contacta con la Divinidad y pídele nuestra sanación; pídele que sane mis pensamientos erróneos que provocan esta situación, la enfermedad de esta persona, etc...".
2. El Niño contacta con la Divinidad: "Por favor, Divinidad, ayúdanos a sanar".
3. La Divinidad, Fuente, Dios, Inteligencia Suprema... o como desee denominarse, siendo puro Amor, siempre responde que sí acepta sanarnos y envía su energía sanadora que atraviesa nuestro Yo superior, nuestro subconsciente, nuestro Niño y nuestro cuerpo físico.
4. Pausadamente, como un acto sagrado y con plena consciencia, decimos mentalmente a la circunstancia y/o a la persona que queremos sanar:
"Lo siento...
por favor perdóname...
te amo... gracias."
Oración del Ho´oponopono
Estas son las palabras mágicas que pronunciadas en este preciso orden y con la actitud adecuada transformarán nuestra realidad interna y externa.
El Dr. Haeakala Hew Len recomienda la siguiente oración dirigida a la Divinidad, pensando que nosotros somos los responsables de nuestra vida y de la realidad que hemos creado:
"LO SIENTO... PERDÓNAME... Divino Creador Padre, Madre e Hijo todos en uno, te pido perdón si yo, mi familia, mis parientes y/o mis antepasados, te hemos ofendido a ti, tu familia, tus parientes o antepasados, en pensamientos, palabras, actitudes o acciones, desde el comienzo de la creación de mi alma hasta el presente. Nosotros rogamos tu perdón. Permite que esto se limpie, purifique y libere, corte todos los recuerdos, bloqueos, energías y vibraciones negativas, transmutando estas energías indeseables en pura luz. Y así está hecho. TE AMO. GRACIAS."
Asumiendo la responsabilidad
Puesto que toda la realidad que nos rodea es expresión de nuestra realidad interior, una sombra de nosotros mismos, toda circunstancia adversa, conflictiva o difícil, toda enfermedad propia o de otras personas, todo, absolutamente todo es una oportunidad para darnos cuenta, es una oportunidad de reconocer que algo en nuestro interior no está limpio y que necesita ser sanado, limpiado y mejorado.
Cuando sanamos nuestro interior, sanamos lo que le ocurre a nuestro alrededor.
Nuestras creencias sobre la realidad condicionan la propia realidad, puesto que realmente, espacio y tiempo no existen, y todo cuanto sucedió, sucede y sucederá forman parte de un mismo continuum espacio-tiempo como acertadamente está verificando y descubriendo la moderna física cuántica donde, entre otros, afirma que existen múltiples realidades simultánemente y que vivimos la realidad que escogemos vivir entre la multitud de opciones posibles y disponibles; y las escogemos segundo a segundo, momento a momento, aunque ignoramos que lo estamos haciendo: somos cocreadores de la realidad.
Vivimos una realidad que nos muestra los efectos de innumerables causas, y estas causas son los pensamientos, creencias e información almacenadas en nuestro subconsciente.
Cuando queremos sanar un efecto que nos parece indeseable, un conflicto social, personal, la enfermedad de un paciente, de un amigo, o propia, se nos hace imposible conocer la causa original que causó tal o cual efecto.
A nuestra mente racional e intelectual le es imposible acceder a esa información almacenada en el subconsciente, entre otros motivos porque procesa muy lentamente y la información propia y colectiva contenidas en el subconsciente es quasi ilimitada, de tal modo que tan sólo desde nuestra mente Supraconsciente podemos procesar tantísima información.
Así pues, accedemos a nuestra mente Supraconsciente cuando solicitamos a nuestro Niño Interior que contacte con la Divinidad, y desde este estado de consciencia de unión con la Divinidad se nos permite que afluya a nosotros esa Luz Divina que nos sana en nuestro interior, accediendo y limpiando las causas que originaron los efectos visibles en nuestra realidad, y en consecuencia, sanamos nuestro interior y vemos la sanación exterior de quienes nos rodean.
Todos somos seres de luz. Si nos acostumbramos a limpiarnos solicitando ayuda a la Divinidad, Ésta fluirá en nosotros y seremos seres de luz limpios, sin basura subconsciente. El estado máximo de limpieza del subconsciente es el estado que conocemos como de "Iluminación", sinónimo de que mucha o toda la luz Divina fluye en nosotros y en todos nuestros actos, pensamientos y emociones.
Con Ho´oponopono no necesitamos saber qué hay que sanar, la eficacia de la sanación depende del porcentaje de responsabilidad que asumimos sobre lo que está ocurriendo en el exterior y que deseamos sanar; somos los responsables de la sanación exterior porque somos los responsables de su existencia. La realidad existe porque nosotros existimos, nosotros sostenemos la existencia de la realidad y somos sus responsables.
Sólo asumiendo la responsabilidad total, al cien por cien, de lo que ocurre en nuestra realidad exterior podremos sanarla y con ello sanarnos a nosotros mismos.
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